8 de enero de 2011

Una de flores

Narciso

Aprovechando un rayo de sol, ayer me tiré un poco por los suelos; comienzan a florecer los Narcisos, también conocidos como Heraldos de primavera.

Los días crecen lentamente y cerca de la costa se empiezan a ver signos inequívocos de que se acerca la primavera; pronto asistiremos al  resurgimiento de la vida y habrá una explosión de colores.

Lentamente y sin importarle los anuncios de los grandes almacenes, la primavera, a su ritmo, irá subiendo en altura; nos abandonarán muchos de nuestros visitantes invernales y llegarán otros dispuestos a continuar con el ciclo de la vida.

Margarita

La pradera comienza a poblarse de margaritas, la tierra empapada me cala la ropa, los vecinos me miran con cierta inquietud y recelo mientras estoy por los suelos; resisto la tentación y no me pongo una en la oreja, no tanto por el que dirán, es que me gusta ver el tapiz que se está formando, la diversidad de plantas es un signo de victoria frente a los defensores del césped uniforme. Siempre he visto a los jardineros defensores del césped como si defendiesen el pensamiento único.

Borraja Borraja

Paro en el rincón de las hierbas aromáticas; hasta marchitándose son realmente bellas estas flores  estrelladas, un hermoso color azul; siempre mirando hacia la tierra, inteligencia natural que para mis congéneres quisiera. Se duda de las propiedades cordiales de la Borraja, a mi me estimula el corazón solo ver sus flores.

3 comentarios:

  1. Y a mí me basta con leer esta entrada para que se me estimule el corazón. Concuerdo contigo: las margaritas, mejor en el prado que detrás de la oreja. Aunque seguro que te habría quedado muy bien. Dijeran lo que dijesen.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  2. La primavera es tiempo de rechinar los dientes en casa de mi suegro, en la Polina. Yo aprovecho los primeros días para retozar: una hectárea de dientes de león, tréboles y margaritas dan para gozar plenamente de las flores. Después llega la segadora...y yo me voy...

    ResponderEliminar
  3. Un verdadero estímulo Salomé, he de reconocer que prefiero que gusten los textos a las fotografías.
    Una hectárea da para disfrutar de lo lindo, seguro que te lo hace más llevadero todo Iván.
    Un abrazo a los dos y muchas gracias

    ResponderEliminar

Es apreciado cualquier comentario que sea respetuoso con las demás personas.