9 de marzo de 2011

El Trepador azul, trabajando duro

 

El Trepador azul Sitta europea, estos días está trabajando duramente, la hembra por lo menos, el macho lo veo como más relajado, vigilando la situación desde las ramas cercanas, muy cantarín él; del macho se dice que cuando la hembra está incubando, se encarga del mantenimiento del nido,   reparación de pequeñas grietas y que colabora en la aportación de materiales.


El Trepador azul es un gran constructor, aunque para ser precisos, debería de decir que es un gran rehabilitador de nidos; aprovecha los huecos existentes en los árboles, en ocasiones nidos abandonados de otras especies y sobre ellos hace una gran tarea de rehabilitación, adaptándolos a sus necesidades. Un ejemplo más a seguir de la naturaleza, ya me gustaría que hiciésemos lo mismo las personas con los miles de pisos viejos y abandonados que existen; aprovechar los recursos y dejar de derrochar materiales, energía y territorio.

Las labores de adaptación del agujero son una labor ardua y muy variable en función del lugar escogido, supongo que la experiencia y la habilidad en la elección, juegan un papel importante en el éxito; las fotografías son de dos parejas diferentes, una se ve que tiene muy poco trabajo que hacer  por las características del hueco escogido y la otra pareja se enfrenta a una labor descomunal.


Esta pareja tiene que tapar un boquete enorme para su tamaño, y no paran de picar y sacar escombro constantemente; la hembra a diferencia del caso anterior está llena de barro y mojada, no solo adapta el agujero de entrada a su tamaño, también tapa  las fisuras y huecos de la parte superior.






Con posterioridad, de los pinos cercanos se acarrearán escamas de la corteza y otros materiales necesarios para la terminación del nido.


La fidelidad de este pájaro sedentario a su lugar de nacimiento, ha posibilitado que finalmente ayer haya podido hacer alguna fotografía medianamente decente, han sido tomadas en Buanga; el domingo pasado, no he tenido la misma suerte en las cercanías del pueblo de Tarna, lo vi en varias ocasiones de lejos.

Para ir terminando y no hacer excesivamente larga la entrada, destacar que no cambio el ver en directo sus acrobacias por ningún documental o programa; un buen día.

5 comentarios:

  1. Es que, por supuesto, hay que colaborar siempre en los trabajos de la casa. Qué bien que nos traigas ejemplos edificantes. Besos

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  2. Hola Salomé, está claro que lo de la casa, en el concepto más amplio, es "obligación" de todas las personas que en ella viven. Besos y gracias por el comentario.

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  3. El trepador azul es un pájaro precioso, que gana muchísimo en vivo. En casa de mis suegros hay una pareja que cría cada año, y luego se alimenta en invierno tomando como base el manzano familiar, es una maravilla tomarse una taza de café viéndolos maniobrar desde la mesa de la cocina.

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  4. Estupenda entrada y reflexiones, Miguel. Yo tampoco lo cambiaría, paciente amigo. Kika

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  5. Suerte que tienes Iván, me acordé de la casa camino del puerto de Tarna.
    Kika hay una canción tipo "Rasta" (no creo que te guste) que dice: "Sabiduría y paciencia
    Es divina ciencia"; a la sabiduría no he llegado aun, pero de paciencia tengo un puñado. ;)

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