Las tardes se hacen
cortas, cuando las hay libres; algunas veces salgo del trabajo con bocata para hacer alguna fotografía, si
hay suerte, se aprovecha algo de esta luz tan especial que hay en el otoño y
paso un rato entretenido viendo bichos.
Hace
una entradas ponía al Cormorán grande Phalacrocorax
carbo, despegando en el agua; hoy toca su suave y grácil entrada en el líquido
elemento.
Practicando con las aves
en vuelo, así me quedó la Garceta común Egretta
garzetta, otra habitual del Embalse de San Andrés.
Muy abundante y entretenido
el Ánade real Anas platyrhynchos, creo
que cambia de dirección cada vez que me ve con la cámara.
La ventaja de la caída de
la hoja es que la fotografía de las pequeñas aves se convierte en algo más fácil;
el Jilguero Carduelis carduelis estaba
realizando estiramientos, creo que todos los bichos los hacemos.
El Reyezuelo listado Regulus ignicapillus, aquí parece un
cotilla, la realidad es que no se para mucho…, ni a mirar.
El reyezuelo no es apto para cardiacos, intentar sacarle una foto sube la tensión arterial.
ResponderEliminarHe de confesar que para mis adentros lo insulto un poco.
EliminarAves en vuelo, una dificultad añadida a las ya dificilísimas tomas de pájaros y otros. Preciosas fotos.
ResponderEliminarGracias, tiene de valor añadido lo entretenido que es hacer las fotografías al vuelo. Saludos
EliminarSin duda el otoño tiene una luz muy especial que has captado perfectamente....ese ánade es una pasada...me gusta.
ResponderEliminarSalud!!
Gracies compañeru. Salud
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