14 de abril de 2013

Doblemente guapa



Entre lo mucho y lo poco, hay un término medio; en esas explicaciones estaba yo ayer con esta guapa Lavandera blanca Motacilla alba. Con la puerta abierta del coche y sin poder bajarme, la quería fotografiar entera, no a cachitos.

Unos retratos tipo macro, con poca profundidad de campo, pero donde se  pueden apreciar algunos detalles de su cabeza.





Finalmente un insecto le resulto más interesante que yo,  se alejó unos metros y le pude hacer esta fotografía.
 


Esta Lavandera creo que es una vieja conocida, le faltan dedos en las dos patas y se ven deformidades; algo me hace pensar que es la que os ponía en el blog a finales del 2011 -La cara amarga-, con las patas enrolladas en un sedal. El lugar del jardín en el que está es el mismo y las lesiones pudieran coincidir.

El caso es que me parece doblemente guapa, por lo que ha tenido que superar y por lo cercana que es; si acaso…,  el pesar, es de pertenencia a la especie responsable de su mutilación.

8 comentarios:

  1. Un grato reencuentro, como siempre tu blog lleno de belleza. A ver si por fin llega la primavera. Un abrazo.

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    1. Gracias Belén Un verdadero placer verte por aquí Un abrazo

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  2. Nunca había visto fotos tan cercanas y aunque parezca difícil en aves tan comunes te fijas en detalles que nunca habías tenido en cuenta, son una bestialidad de fotos.

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    1. Con la emoción se me olvidó intentar cerrar un poco más el diafragma y es una pena; lo curioso es que no se inmutó, yo con la puerta abierta del coche y moviéndome para intentar que entrase en el encuadre... cosas que algunas veces pasan.

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  3. Que acercamiento!!!...cuidadín con el obturador no le vaya a hacer algo al pajarillo...je..je...Son fantásticas amigo.Salud!!

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    1. Gracies Xurde, por algún motivo no le preocupo al pajarillo y del obturador también pasa. Saludos

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  4. Casi se te mete dentro.
    Me recuerda a uno de los Vuelvepiedras de aquí. Allá por primavera del año pasado andaba con una pata entera liada de tanza y plomos, se dejaba acercar mucho pero daba un poco de pena el pobre. Supongo que habrá sobrevivido todo el año a base de pan y gusanitos entre la gente.. menuda dieta... pero por ahí anda, ahora con un muñón, entre los norays del puerto, o por lo menos quiero pensar que es el mismo, que creo que sí.
    Un saludo Miguel.

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    1. La verdad es que yo me bajaba del coche para abrir el portón, la vi a unos tres metros y cuando cogí la cámara estaba a bastante menos, allí se quedó un buen rato. Lo de las patas lo vi cuando descargué las fotografías; le han quedado bastante mal, pero se arregla bien para comer insectos por el suelo que es lo suyo. Un saludo Senén

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