Hace tiempo que en estas
fechas visito hayedos en busca de un longicornio que ya tiene una entrada en el
blog, Rosalia alpina, una
belleza natural; algunas veces he visto alguno de refilón, pero no hay
forma de conseguir fotografías nuevas, las del blog son del verano del 2008.
En su defecto, me he
entretenido con otro de la familia Cerambycidae,
se trata de Rutpela maculata; es muy
abundante y se puede ver alimentándose de flores ricas en polen, en cualquier
lugar de nuestra geografía; le gustan las grandes umbelíferas pero también las
flores de las zarzas y otras. Como ya habréis imaginado, es un gran
polinizador.
El camino era ancho, la zona boscosa, calentaba el sol y en los
márgenes ricos en flora, se veían un
buen número de insectos, entre ellos se alimentaban unos cuantos Rutpela maculata.
Los adultos no suelen sobrepasar
las tres semanas de vida y se les puede
ver volando desde abril a septiembre;
antes habrán pasado de dos a tres años
en su fase larvaria, en madera caída de especies caducifolias y en lugares
donde exista un mínimo de humedad; de mayo a junio, antes de volar, pasan por un
periodo de ninfosis.
La cabeza y el tórax son
de color negro, mientras que los élitros son de color amarillo claro, con
puntos y rayas negras simétricas; la variabilidad del moteado de los élitros
suele ser frecuente, en mi caso, no he encontrado ningún patrón de acusada
diferencia.
Imitador de las avispas en
el color y en el vuelo, con las patas colgando; cuando se expone en las zonas
abiertas, seguro que la imitación engaña a los predadores.
Si os fijáis en sus llamativas
antenas bicolores (todo él, parece conjuntado) veréis que son de una gran
longitud, por eso se le considera longicornio; por regla general, hay excepciones, la familia de coleópteros Cerambycidae, casi siempre tienen
la antenas igual o más largas que el cuerpo.
El tiempo de vida es corto
y hay que aprovecharlo, es habitual verlo aparearse sobre las flores donde
come; cuando está llegando al final de su vida, la hembra pondrá sus huevos en
madera descompuesta y así comenzará un nuevo ciclo de la vida.
Esta última fotografía
está tomada en el jardín, una zona que está como pradera, con flores de zanahoria
silvestre, milenrama… y un seto de zarzas próximo, es una buena atracción para
todo tipo de insectos.
Son maravillosas las fotografías que nos compartes, naturaleza en estado puro.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Jorge, me alegra compartirlas con quién aprecia la naturaleza. Un saludo
EliminarMe acordaba de Rosalía, pero esta no tiene nada que envidiarle. Un saludo
ResponderEliminarEste es más fácil de ver por abundante, pero ciertamente es apasionante y bonito. Un saludo
EliminarEstupendas macros y muy completa descripción del insecto. Me llama la atención el echo de que se pasen mas de dos años en estado larvario para luego disfrutar de una corta vida. Gracias por este estupendo trabajo. Saludos
ResponderEliminar"Hecho" (perdón por la falta de ortografía)
EliminarTodos tenemos nuestros despistes, de cuando en cuando hago algún monográfico un poco más elaborado; busco información y leo libros, me sirve para aprender y para intentar transmitir la pasión por el mundo natural que nos rodea. Gracias y saludos
EliminarSoy muy aficionado a los coleópteros y entre estos, los cerambícidos , son mis preferidos, por esas antenas tan largas que poseen y por el colorido tan bonito de algunos, como éste que nos muestras.Algunos, por desgracia, son bastante perjudiciales, como el Cerambix cerdo ( la larva ), que está haciendo auténticos estragos en las poblaciones arbóreas del género Quercus.
ResponderEliminarSaludos
Creo que he leído que el que hace estragos en la dehesa es el Cerambyx welensii, se diferencian mal. No obstante, cuando un bicho que siempre ha estado ahí se convierte en plaga, suele haber responsabilidad humana de por medio. Saludos y gracias por pasar y comentar.
EliminarPrecioso el longicornio.
ResponderEliminarGracies en su nombre compañeru. Saludos
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