Se ha dignado a posar un
rato el Papamoscas cerrojillo Ficedula
hypoleuca, cuestión que he aprovechado para hacerle una serie de
fotografías; he intentado escoger las más representativas. Todos los años,
tanto en la ida como en la vuelta de África, suele parar algún ejemplar en el
jardín; Es uno de los muchos regalos que nos hace la naturaleza y me siento
afortunado de poder, en algún rato, ver sus evoluciones en los alrededores de
este hábitat que compartimos.
Creo que el disparador de
la cámara provoca esas miradas curiosas, no obstante continuó tranquilamente en
el posadero.
Solo se alteró cuando pasó
cerca una Curruca capirotada, suelen andar a la gresca por el jardín; los
animales tendemos a tener conflictos innecesarios que suponen una gran pérdida
de energía.
Finalmente se decidió a tomar
un baño, seguro que le calmó un poco el mal genio.
Precioso; maravillosas fotografías. Pero no me parecía enojado, Miguel.
ResponderEliminarNo lo estaría amiga.
EliminarLas condiciones de luz eran un poco malas, hay algunas que el ojo está fuera de foco y la profundidad de campo era escasa. A mi me encantan. Gracias Ángela
Que manera de posar..... Sin palabras.
ResponderEliminarLa verdad es que me dio tiempo de sobra, si no están mejor es culpa mía. Gracias
EliminarPrecioso reportaje de este bonito pajarillo. Unos primeros planos magníficos. La que más me gusta, en la que está intentando descubrir el disparador de la cámara.
ResponderEliminarSaludos
Esa es la que también elegiría, aunque todas las que escogí creo que aportan algo. Saludos
EliminarMenudo acercamiento,tienen un detalle perfecto amigo...La segunda,con esa pose que tiene,es una pasada.
ResponderEliminarSalud!!
La segunda me gusta por el detalle de las alas, también la postura, la pena es que ha quedado la cabeza un poco fuera de foco. Gracies y saludos
EliminarSon magnificas y es un modelo bellísimo y profesional. Excelentes... esa cabeza girada, y es guapísimo. Abrazo, Miguel
ResponderEliminarGracias de nuevo amiga Ángela. Besos
EliminarTe superas cada día, Miguel. Ese Papamoscas migrador seguro que agradeció tu hospitalidad nada común.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra que te guste. Un abrazo
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