Algunas observaciones se producen por mero accidente, aunque hay que decir que las observaciones a las que me refiero, no se producen en casa tirado en el sofá, ni cerrando los sentidos a lo que te rodea.
A mediados del mes de mayo, no pareció ver a un macho Cernícalo vulgar Falco tinnunculus que entraba en un acantilado, hacía clara su presencia con llamadas a las que acudió una hembra; le traía una presa. Fuimos tirando del hilo y llegamos hasta el ovillo, en una repisa cercana estaban criando.
Todas las presas las aportó el macho, cuando lo hemos visto, han sido roedores; unas veces al nido directamente y otras en repisas cercanas.
El primer día en que descubrimos el nido, la incubación se llevaba bastante más relajada, eso nos permitió ver con claridad que la puesta constaba de cinco huevos.
Según fueron transcurriendo los días, pudimos ver al macho ocupar el lugar de la hembra, mientras esta comía.
La situación del nido no permite acercarse, los cernícalos, nunca se mostraron molestos ni agresivos, se sienten seguros en el acantilado. Como es un lugar de mucho paso, la mayor dificultad para la observación ha sido el tener que disimular mirando para otro lado .
Se mimetizan en el acantilado y sabiendo el lugar donde estaban, costaba trabajo verlos.
Si queréis saber más sobre la reproducción de esta especie, recomiendo visitar: