Una Tórtola turca Streptopelia decaocto se alimenta, en la Ría de Villaviciosa, de Salicor duro, Sosa alacranera Sarcocornia fruticosa; salvo error en la identificación, que pudiera ser.
Por la fecha en la que estamos, probablemente lo esté haciendo de semillas de la planta; ya que se trata de una especie fundamentalmente granívora.
Un ave con una gran capacidad de adaptación, se expande por Europa sobre los años treinta del siglo pasado; el primer ejemplar avistado en la Península lo fue n’Asturies en 1960. Ahora resulta ser tan común, que raro es el día en el que no veo varios ejemplares.
Su propagación, siendo una especie sedentaria, resulta curiosa y corre a cargo de una pequeña parte de los ejemplares jóvenes, como máximo de un año de edad, que se dispersan en distancias que van desde los cien a los mil kilómetros.
Mucho se ha estudiado y escrito sobre el auge de la Tórtola turca y el declive de la Tórtola europea, yo hago un resumen que muchas personas pueden considerar simplista, el problema somos nosotros.
Las especies con mayor capacidad de adaptación a la plaga humana, son las que tienen éxito; la pérdida de biodiversidad se produce por nuestro comportamiento, por el desprecio a la naturaleza.