En el mismo trozo de
bosque maduro que las dos entradas
anteriores, para que os hagáis a la idea, no hay distancias superiores a veinte
metros entre las especies fotografiadas.
El Herrerillo común Parus caeruleus, también parecía
ofendido con mi presencia; en el tocón del árbol donde me apoyaba, estaba el
secreto.
Al herrerillo le gusta
mucho este lugar como podéis apreciar.
En otra mancha boscosa se
encontraba otro amigo de los viejos árboles, el Agateador Común Certhia brachydactyla.
Durante un breve instante
se dejo ver un guapo Papamoscas cerrojillo Ficedula
hypoleuca, nada fácil de ver en estas fechas.
Cada rincón es un regalo para la vista, oído y olfato; la magia de un viejo bosque, exento de contaminación, lo envuelve todo. Los mejores bioindicadores de la pureza del aire, los líquenes pilosos, acompañaron esta feliz excursión.
Preciosos esos pequeñajos y muy interesante el cerrojillo... nada fácil de ver por aquí con ese "traje".
ResponderEliminarSalud!!
Ha sido un buen fin de semana en cuanto a las observaciones. Saludos
EliminarY tan feliz; que cantidad de pájaros diferentes y casi todos ( incluidos los de la entrada anterior) alimentando. ¿ No van un poco retrasados? o se trata de una segunda nidificación? Siempre me pierdo en el tiempo..Felicidades.
ResponderEliminarPuede que haya influido la climatología, todas las fotografías son de este fin de semana pasado y están hechas por encima de los 1.100 metros; ha hecho mucho frío en la zona. Gracias y un saludo
ResponderEliminarEsas fotos con los viejos troncos y los líquenes colgando como barbas me encantan, suenan a naturaleza pura y salvaje. Excelente serie Miguel, me has transportado hacia allí literalmente. Un saludo
ResponderEliminarme gustaría tener más tiempo y capacidad, para transmitir lo que siente un amante de la naturaleza, en un sitio como este. Gracias y saludos.
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