Han comenzado los tamborileos en el bosque; en lo alto de un viejo árbol seco, los rápidos golpes de reclamo del Pico picapinos Dendrocopos major, se dejan oír a gran distancia. Parece que son contestados en otros lugares del bosque, llega un débil sonido ahogado por las voces de domingueros que mantienen una conversación a gritos.
Algunos paseantes, con incipiente chepa, prestan atención solo a la pantalla del móvil; otros taponan los oídos con los cascos. Algunas llaman voces y no sabemos si lo hacen a mascotas o a sus vástagos.
Otras personas disfrutamos de la naturaleza que nos rodea, lo que nos dejan.