Hace tres días y visto el panorama de nubes enquistadas sobre Asturies decidí dar el paseo anual al lago Ausente y de paso asomar al pico de su mismo nombre, desde donde se tomó esta fotografía ilustrativa de la situación atmosférica en la que nos encontrábamos más al norte.
En la subida al pico nos salieron
al paso unos cinco perdigones de Perdiz roja Alectoris rufa que corrían a gran velocidad entre la hierba, escondiéndose
en los brezos; uno de ellos quedó como trabado con unas hierbas momento en que
saqué esta fotografía en la que se ve poca cosa.
Como no parecía que pudiese salir
se le desenredo y se le volvió a poner en el suelo, parecía tranquilo, pero
cuando se vio de nuevo en el suelo, se tiró de cabeza debajo de un brezo;
estaba preparado para fotografiarlo en su carrera, pero fue bastante más rápido
que yo.
El camino siempre está lleno de
excusas para ir parando, en esta ocasión fue una mariposa Pavo real Inachis io, me pareció que estaba un
poco más oscura que otras que había
fotografiado, la veía hermosa y me pare un rato con ella.
De las aves que revoloteaban por
el lago, se puso relativamente cerca el Acentor común Prunella modularis.
De regreso me encontré esta
especie de bola de papel colgado en un arbusto, mirando de cerca veo a la
responsable, la Avispa papelera; está construyendo las celdas con saliva y
fibras vegetales de lo que será un futuro enjambre. Con sumo cuidado acerco la
cámara, el recuerdo de la vez que pise en el monte una colonia de avistas hace
que me recorra un respingo por la espalda.
Como despedida de este paseo, en
el que hubo mucho más, estuve un buen rato entretenido con el medio centenar de
Pardillo común Carduelis cannabina, atareados
con los numerosos cardos que había en una pradera cercana a la carretera.