12 de abril de 2020

Las ventanas



Un momento histórico y para algunos muy histérico en el que nos toca observar lo que sucede desde  las ventanas, las físicas de las viviendas y las virtuales de las redes sociales y medios de comunicación; cada vez prefiero más las primeras y observar el comportamiento de otras especies.

Ni el conocido centro comercial que anuncia la primavera año tras año, se ha atrevido a decir nada en este; lo dice la naturaleza y parece que, más alto y fuerte que nunca; los jardines se van tapizando de margaritas y otras pequeñas flores silvestres; las parejas de Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) ocupan su espacio en lo más alto de los edificios para reproducirse.
 


Los sonidos de la ciudad han cambiado, se oyen mucho más los cánticos y reclamos de las aves, parece que pueden disfrutar de los espacios vedados y uno termina teniendo la falsa  impresión de que los ejemplares de Gorrión común (Passer domesticus-por poner un ejemplo- son más; simplemente son más libres y tapamos menos su jolgorio natural.


Una pareja de Paloma torcaz (Columba palumbus) ha comenzado a construir el nido en un árbol de la calle, delante de nuestras narices; me atrevo a decir que serán contadas las personas que se han dado cuenta, me sobrarán dedos de una mano de los centenares de congéneres que tendrían que haber observado el lento proceso de escoger y transportar material al nido. La desconexión con la naturaleza es proporcional al desastre que nos encierra estos días.