La Alondra común Alauda arvensis anda estos días clavada en el cielo, puede llegar hasta los cien metros de altura, desde donde nos lanza su característico y conocido canto.
Algunas se dejan ver, también es época de cortejo; la cresta de este ejemplar parecía engominado, supongo que es el macho; la hembra que estaba cerca parece mucho más relajada, tanto que parecen aves diferentes.
Es una de las aves que más me entretiene, tiene un comportamiento que no deja lugar a la indiferencia y es raro el año que no le dedico una entrada.
Os pongo unas cuantas fotografías del posado con el que me regalaron las alondras hoy en Peñas.