Como cada invierno aparecerán bandadas inquietas realizando complicadas filigranas en el cielo, buscarán insectos, arañas y gusanos; las veremos en prados y zonas inundadas, recuperando peso para de nuevo reemprender su viaje.
Este chorlito está en retroceso por los cambios de producción agrícola; es tiroteado y perseguido hasta la saciedad, siendo frecuente que los escopeteros desaprensivos actúen hasta con nieve, por mucho que digan las leyes de caza.
La cresta que tiene es mucho más estética e interesante que la que intentan mantener los mohicanos “modernos” mediante productos viscosos.
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