Fin de semana lluvioso

Historias de un fin de semana lluvioso, estupendo y relajado.

Llegada a destino y seguir con densas nubes, creo que ya había llovido, poca luz; fue mirar por una ventana y ver al Corzo Capreolus capreolus con lo que parecen gruesas gotas de agua, marcadas sobre su piel.

Hay abundante hierba y estará regada los próximos días, con generosidad. El corzo está ramoneando en una ladera cercana y me pregunto ¿aun existirán lugares en Iberia, donde los humanos realicen la recolección de ramas para el ganado?.

El ramoneo, tengo el convencimiento, que es una técnica que hemos aprendido, observando a los animales en libertad. Ahora no miramos a la naturaleza, le hemos dado la espalda y nos creemos más listos.

Amanece un sábado lluvioso y con poca luz, poca luz al sur de la cordillera, es algo de luz; las aves están activas y mezclan sus cánticos con el sonido que produce la lluvia.

Bajo una ventana, el Mirlo común Tordus merula, parece que ha cobrado una buena presa, no la engulle, desaparece con ella entre el matorral, seguro que tiene unos pollos hambrientos y tragones.

Sin cambiar de posición, observo como una Urraca Pica pica, encuentra algo de comer, sin pensarlo dos veces, lo engulle.

Las palomas del pueblo andan revueltas, se han posado un momento en un tejado cercano, las veo desde la puerta de la casa; no descubrí que les causaba inquietud.

Sentado en el mismo lugar, veo las nubes cambiar de densidad, la neblina deshacerse sobre las montañas, un paisaje cambiante; un tenue rayo de sol, hace que luzca hermoso el plumaje del Verdecillo Serinus serinus.

La falta de luz se acentúa en el bosque, hay que forzar mucho, para plasmar el momento en el que una oleada de Mito Aegithalos caudatus, acompañados de otros páridos, pasan por la copa de los árboles.

Seguimos en los alrededores, observo y fotografío lo que parece un joven Acentor común Prunella modularis.