Estos días también frecuenta el jardín una ave a la que le gusta la vegetación densa y la humedad; si creamos o buscamos las condiciones adecuadas, podremos sin duda disfrutar de su presencia.
Yo disfruto, una vez más, de este viajero que ha hecho una parada en su largo viaje a África, el Ruiseñor común Luscinia megarhynchos, regala buenos momentos en la charca.
Curioso lo de este pajarillo. Su colorido, más que discreto, perfecto para camuflarse en la densa vegetación de los sotobosques, lo contrarresta, en grado superlativo, con ese maravilloso canto- uno de los más bonitos que se pueden escuchar- del que hace gala. Es como si quisiese jugar con nosotros; me puedes oir, pero no me encuentras.
ResponderEliminarSaludos
Algunas veces lo vemos. Un saludo Pini
EliminarAcabo de ponerme al día dándome un paseo por tus anteriores entradas y ha sido todo un placer disfrutar a través de tus fotos de tan buenos momentos. Un abrazo, Miguel.
ResponderEliminarGracias Belén. Un placer saber que sacas algo de tiempo para visitar el Blog. Un abrazo
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