El Trepador azul Sitta
europea, estos días está trabajando duramente, la hembra por lo menos, el macho
lo veo como más relajado, vigilando la situación desde las ramas cercanas, muy
cantarín él; del macho se dice que cuando la hembra está incubando, se encarga
del mantenimiento del nido, reparación
de pequeñas grietas y que colabora en la aportación de materiales.
El Trepador azul es un
gran constructor, aunque para ser precisos, debería de decir que es un gran
rehabilitador de nidos; aprovecha los huecos existentes en los árboles, en
ocasiones nidos abandonados de otras especies y sobre ellos hace una gran tarea
de rehabilitación, adaptándolos a sus necesidades. Un ejemplo más a seguir de
la naturaleza, ya me gustaría que hiciésemos lo mismo las personas con los
miles de pisos viejos y abandonados que existen; aprovechar los recursos y
dejar de derrochar materiales, energía y territorio.
Las labores de adaptación
del agujero son una labor ardua y muy variable en función del lugar escogido,
supongo que la experiencia y la habilidad en la elección, juegan un papel
importante en el éxito; las fotografías son de dos parejas diferentes, una se
ve que tiene muy poco trabajo que hacer
por las características del hueco escogido y la otra pareja se enfrenta
a una labor descomunal.
Esta pareja tiene que
tapar un boquete enorme para su tamaño, y no paran de picar y sacar escombro
constantemente; la hembra a diferencia del caso anterior está llena de barro y
mojada, no solo adapta el agujero de entrada a su tamaño, también tapa las fisuras y huecos de la parte superior.
Con posterioridad, de los pinos cercanos se acarrearán escamas de la corteza y otros materiales necesarios para la terminación del nido.
La fidelidad de este
pájaro sedentario a su lugar de nacimiento, ha posibilitado que finalmente ayer
haya podido hacer alguna fotografía medianamente decente, han sido tomadas en
Buanga; el domingo pasado, no he tenido la misma suerte en las cercanías del
pueblo de Tarna, lo vi en varias ocasiones de lejos.
Para ir terminando y no
hacer excesivamente larga la entrada, destacar que no cambio el ver en directo
sus acrobacias por ningún documental o programa; un buen día.
Es que, por supuesto, hay que colaborar siempre en los trabajos de la casa. Qué bien que nos traigas ejemplos edificantes. Besos
ResponderEliminarHola Salomé, está claro que lo de la casa, en el concepto más amplio, es "obligación" de todas las personas que en ella viven. Besos y gracias por el comentario.
ResponderEliminarEl trepador azul es un pájaro precioso, que gana muchísimo en vivo. En casa de mis suegros hay una pareja que cría cada año, y luego se alimenta en invierno tomando como base el manzano familiar, es una maravilla tomarse una taza de café viéndolos maniobrar desde la mesa de la cocina.
ResponderEliminarEstupenda entrada y reflexiones, Miguel. Yo tampoco lo cambiaría, paciente amigo. Kika
ResponderEliminarSuerte que tienes Iván, me acordé de la casa camino del puerto de Tarna.
ResponderEliminarKika hay una canción tipo "Rasta" (no creo que te guste) que dice: "Sabiduría y paciencia
Es divina ciencia"; a la sabiduría no he llegado aun, pero de paciencia tengo un puñado. ;)