Bola de plumas

Mientras intentaba hacer unas fotografías en el bebedero, pasaba furtivamente, como si fuese un ratoncillo de campo este juvenil de Chochín común Troglodytes troglodytes; diminuto, inquieto, regordete, bola de plumas…, todo esto y mucho más suelo llamar a este hijo del Jardín. No hay manera que se me coloque cuando estoy cerca en un lugar, en el que la luz sea medianamente aceptable.

Coincidiendo con estas fotografías leía la proeza migratoria de este enano el  Blog Homo serranus, si no fuese por el anillamiento y los estudios que se hacen, sería impensable sospechar que estos…, como mucho 12 gramos de pájaro, sean capaces de recorrer enormes distancias.

A mí ya me sorprende cuando canta, como si estuviese loco; cola levantada, pico abierto, con una energía exagerada para su tamaño; se coloca los primeros días del mes de febrero cerca de mi ventana. Esta es de archivo con las primeras luces del amanecer.