He regresado a visitar a
unos amigos del bosque, en la montaña oriental leonesa; en este caso he
coincidido nuevamente con el Pico mediano Dendrocopos
medius. Pese a su fama de pájaro discreto, es un ave principalmente
sedentaria durante todo el año y en ese lugar no es difícil de ver.
Se trata de un lugar con pequeños parches de robledal viejo que, casi seguro, mantienen una alta densidad de picos medianos.
La conservación de la especie pasa por detener la pérdida y el deterioro de hábitats, para lo que es urgente mejorar los sistemas de aprovechamiento maderero.
Las pistas que fragmentan este tipo hábitat, están siendo la puntilla para esta especie y para otros organismos que dependen de los huecos en los árboles, para criar o protegerse. Los procesos de fragmentación implican una pérdida de hábitat, a través de las pistas cada vez se reducen más los parches, aumentando la distancia de transición entre ellos.
Estos parches sufren ya una notable alteración, la circulación de vehículos, presión turística con la señalización de recorridos, invasión de perros y humanos que algunas veces…, hacen que Atila parezca un flojeras.
El notable encarecimiento de fuel de calefacción y la nula eficiencia energética de las viviendas en los pueblos cercanos a estos hábitats, hace que el aprovechamiento maderero cada vez sea mayor; cada vez se venden más estufas de leña y alrededor de las pistas se va reduciendo cada vez más los parches de robledal, así como el arbolado de las zonas de transición entre parches. La falta de protección y vigilancia de estos parches cada vez es más evidente, tanto o más que lo es la falta de políticas para un eficaz aprovechamiento maderero.
Soy de los que piensa que nos llegará una crisis energética y de materias primas, miedo me da, de lo que seremos capaces de hacer con la poca riqueza forestal que nos queda y en consecuencia, lo que le sucederá a esta especie y a otras que, son indicadores de riqueza y biodiversidad.
Viendo lo que sucede
diariamente con la naturaleza y las medidas populistas de quienes nos gobiernan
en las diferentes Administraciones, uno tiene que ser pesimista por narices.
Mientras el ser humano no sea capaz de comprender que los recursos naturales no son inacabables, dificilmente, seremos capaces de respetar todo lo que la naturaleza nos ofrece para disfrutar de ella sin esquilmarla. Sería una lástima que esos hermosos bosques desapareciesen por la codicia y la comodidad del ser humano. Preciosa foto
ResponderEliminarSaludos
La paradoja es que cuanto más agotamos los recursos naturales, menos posibilidades de supervivencia dejamos a próximas generaciones. Saludos y gracias
EliminarPesimista no, realista, y bien informado, para ser optimista hoy en día hay que estar en el bando de enfrente.
ResponderEliminarLos de enfrente son de un optimismo cínico, supongo que por llenarse los bolsillos mientras empobrecen al resto. Saludos
EliminarYo soy tan pesimista..o realista (como bien dice Ivan) como tu....lo que está claro es que a las administraciones cada vez les interesa menos el medio ambiente a no ser en casos extremos para salir en la foto soltando un quebrantahuesos o con el urogallo u oso de turno....mientras, los ganaderos(por lo visto los dueños y señores de todo)hacen pistas y más pistas para poder llegar a todos los sitios con el mínimo esfuerzo en su cómodo todoterreno...amigo...lo tenemos muy jodido.(con perdón)..
ResponderEliminarPerdona ,es que me enciendo(como los montes)..preciosas y muy difíciles las fotos del mediano...Salud!!
EliminarY no es para menos que encenderse. Gracies compañeru
EliminarOjalá que tus temores se queden solo en eso; temores. Un saludo
ResponderEliminarSí, yo también deseo equivocarme. Un saludo
EliminarY si estamos cerca del "hombre de campo" peor todavía. No hemos aprendido nada.
ResponderEliminarMe alegro de volver a leerte, Miguel.
Aprenderemos cuando sea tarde Un abrazo Belén
EliminarLa verdad es que por más que uno intente echarle optimismo al asunto... Besos.
ResponderEliminarEs difícil encontrar un resquicio. Besos
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